Duro de matar en el Eurostar. Un agente de las Fuerzas Especiales, Tom Buckingham (Sam Heughan), lleva a su novia, la Dra. Sophie Hart (Hannah John-Kamen), en un romántico viaje en tren de Londres a París para proponerle matrimonio. Pero con tanta mala suerte que en ese mismo trayecto un ejército de mercenarios liderados por Grace Lewis (Ruby Rose) secuestran el tren mientras pasa por debajo del Túnel del Canal de la Mancha, tomando como rehenes a todos los pasajeros. Buckingham escapa del tren y usa sus habilidades militares para salvar a los pasajeros, incluida su novia, que ahora se encuentra entre los rehenes a bordo del tren.
La premisa parece interesante. Hay muchas escenas de acción razonables y algunos aciertos parciales que sostienen la película hasta el último tercio, donde tanto el presupuesto como el guión, parecen haberse agotado. Los actores son particularmente malos, excepto el veterano Tom Wilkinson, y los dos principales, Sam Heughan y Ruby Rose, son notablemente horribles, algo insólito para el cine de acción, donde cualquier madera balsa flota sin problemas, incluso navega de manera eficiente. Pero si uno tiene tiempo de ver las actuaciones es porque algo falla con lo demás.