Las películas australianas son diferentes a todo. Desde las prestigiosas a las de explotación, todas logran tener un costado especial, muchas veces raras, pero siempre con un clima marcado por el paisaje. Secretos del pasado (The Dry, 2020) no es una excepción a esta característica. Directores como Peter Weir, George Miller, Baz Luhrmann, Russell Mulcahy, Gilliam Armstrong, han filmado en su país títulos inconfundibles por su estética pero también por la manera en la cual el entorno se mete en la trama y se vuelve un personaje más.
Aaron Falk (Eric Bana) es el protagonista de Secretos del pasado. Él regresa al pueblo donde ha nacido, Kiewarra, Victoria, Australia, y al cual no ha vuelto en los últimos veinte años. El motivo de ese regreso es asistir al funeral de Luke, amigo de su infancia, quien fue acusado de haber matado a su esposa y a su hijo luego de quitarse la vida. Dicho baño de sangre se dice que tuvo su origen en una comunidad destrozada por una sequía que lleva más de una década. Cuando el agente Falk, contra su deseo, acepta quedarse e investigar el crimen, reabre una vieja herida del doloroso pasado: la muerte de la joven Ellie Deacon. Falk empieza a creer que entre ambos crímenes, separados por tantos años, hay algo en común. Lejos de encontrar el apoyo de la comunidad, esta se resiste y comienza a mostrar hostilidad hacia él.
La mencionada sequía en el ya desértico entorno donde transcurre la historia, cobra una importancia vital porque parece ser el combustible que mueve la paranoia, la locura y la violencia de los integrantes de la comunidad. Nuevamente Australia consigue mostrar ese polvoriento entorno como un asfixiante espacio abierto. Varias locaciones naturales son parte clave de la trama policial e intenso drama escrito y dirigido por Robert Connolly, basado en la novela de Jane Harper.
El protagonista de esta potente historia es el actor australiano Eric Bana que nació, casualmente en Melbourne, la capital de Victoria, justamente el mismo estado donde transcurre Secretos del pasado. Lo que le termina dar el sello australiano es la presencia de Bruce Spence, leyenda de dicha cinematografía, recordado por sus roles en Enigma en París (1974) la ópera prima del maestro Peter Weir y Mad Max 2 (1981) la obra maestra de George Miller. Secretos del pasado funciona hasta el final, pero todo el relato es particularmente atrapante.