John Clark (Michael B. Jordan) es un Navy Seal convertido en agente encubierto de la CIA. Luego de una misión su equipo ha sido atacado de regreso a Estados Unidos y aunque él sobrevive, pierde a su familia. Será un agente pero a la vez buscará venganza personal. Como toda historia de Tom Clancy, los motivos personales y los intereses políticos se mezclarán, poniendo al protagonista dentro de una historia más grande de lo que creía.
La película nos vuelve a llevar al universo de las películas de la década del noventa en lo que a guión se refiere, de hecho el personaje protagónico pertenece al mismo universo de ficción que Jack Ryan, la creación más conocida de Tom Clancy. Una historia de acción y conspiraciones políticas donde la estructura, muchas veces previsible, se repite de una película a otra.
Pero al ver Sin remordimientos la sensación es que se trata de una película para ver en cine. Tiene varias grandes escenas muy bien realizadas, sin cambalache visual de las superproducciones para streaming. El protagonista está impecable, al igual que el resto del elenco. La historia no es tímida a la hora de apostar al entretenimiento por encima de cualquier otra cosa. Con que un film actual de acción tenga dos o tres escenas buenas, ya es una rareza. Una vieja novela de Tom Clancy estrenada en el 2021 es una buena noticia, aunque cuando se trate de una versión completamente libre del texto original.