Secuela directa de la película Sonríe (Smile, 2022), nuevamente escrita y dirigida por Parker Finn. Nuevamente la maldición que se transmite de persona en persona, cuando alguien es testigo del suicidio de la víctima anterior. La estrella del pop mundial Skye Riley (Naomi Scott) está a punto de embarcarse en una nueva gira mundial cuando empieza a experimentar una serie de sucesos cada vez más aterradores e inexplicables, ella está siendo la nueva víctima de la maldición. En esta segunda parte las situaciones de horror se multiplican y amplifican debido a la profesión de la protagonista. Con los mismos recursos del film anterior y algunas novedades, el director consigue los mismos efectos aterradores e impactantes, sin que se vean agotados o repetidos.
La fórmula encontrada por Parker Finn y el equilibrio que logra entre el suspenso y el gore le permiten sostener el argumento, apoyado por el universo de la música que sirve de contexto y la eficiencia de la protagonista, Naomi Scott. Se nota qué hay más presupuesto y que las reglas se han instalado entre el público, pero aunque ha crecido todo, Sonríe 2 sigue manteniendo las cosas más importantes de esta serie de películas que termina de manera inquietante, sabiendo que habrá una manera de ir a buscar la tercera parte. Lo más importante: sigue asustando, mucho.