Spenser (Mark Wahlberg) es un ex oficial de policía de Boston que sale de la cárcel luego de cinco años. Fue sentenciado por intervenir en una disputa doméstica y agredir a su capitán John Boylan. El día en el que Spenser es liberado Boylan y otro oficial son asesinados. Spenser se une a su nuevo compañero de cuarto, Hawk (Winston Duke), para investigar y eliminar a los culpables. El aumento de los precios de las propiedades y un proyecto de casino en la antigua pista para perros Wonderland en el sur de Boston alimentan la codicia y la participación de la policía en la venta de drogas para obtener una parte del proyecto.
Spenser Confidential está basada muy libremente en el personaje creado por Robert B. Parker que también habían tenido una versión en forma de serie protagonizada por Robert Urich y un puñado de telefilms, algunos con Urich y posteriormente otros con Joe Mantegna. Poco queda del film noir en esta nueva película, pero igual se adivinan algunos rasgos de ese género. La necesidad de darle algo de humor le quita fuerza y algo de intensidad, aunque mantenga vivo el entretenimiento.
Como un film de Charles Bronson de la década del setenta en una versión un poco más moderna, con detalles más cercanos al público actual. Violencia, conspiraciones, el personaje solitario contra todos. El heroísmo del protagonista, un policía recto y decidido, está bien plasmado y Mark Wahlberg da con el personaje en esa actualización mencionada. El guión, co-escrito por Brian Helgeland, tiene no pocos hallazgos, pero a la vez se ve poco riguroso en varios pasajes. Algo desparejo como la película en su conjunto. Entretenida, con grandes escenas de acción en manos de un artesano sólido como Peter Berg, Spenser Confidential tiene un nivel aceptable aunque tampoco sea una obra maestra del género y el deseo de convertirla en una saga no está oculto pero cuesta creer que su calidad permita seguir adelante con muchos más films.