Stillwater (2021) está dirigida por Todd McCarthy. Este director tiene una extensa carrera como guionista, productor y actor y su película más famosa Spotlight (2015) la película ganadora del Oscar que trataba sobre los encubrimientos de pedofilia por parte de la iglesia católica expuestos por la investigación de “The Boston Globe”. En esta ocasión cuenta la historia de Bill Baker (Matt Damon), un ciudadano norteamericano que vive en Oklahoma, un trabajador típico que parece tener su vida ordenada. En pocos minutos descubriremos que las cosas no son tan sencillas para él. Bill tiene que viajar a Marsella, Francia, para visitar a su hija Allison (Abigail Breslin) que está hace cinco años cumpliendo condena y todavía le queda la mitad de su período en la cárcel. Allison fue encontrada culpable de haber matado a la chica que vivía con ella. Bill está dispuesto a todo para probar su inocencia, pero tiene todas las de perder por se extranjero y ya no sabe qué hacer.
Es entonces que Bill conoce a una mujer llamada Virginie (interpretada por Camille Cottin, la actriz de Ten Percent) con la que entablará una amistad. Bill, Virginie, y la pequeña hija de esta, Maya, formarán una pequeña familia que convive mientras buscan la manera de probar la inocencia de Allison. Bill entiende por las malas que Francia no es Estados Unidos y se pone en riesgo en más de una ocasión. Stillwater es una mezcla de trama policial con drama intenso, repartido en ambos géneros por partes iguales, moviéndose entre el verosímil de ambos y con una muy libre inspiración en un caso de la vida real. Sin embargo, los espectadores argentinos notarán que hay una influencia más: El secreto de sus ojos (2009) de Juan José Campanella.
La película de Juan José Campanella protagonizada por Ricardo Darín y Soledad Villamil fue en su momento un éxito enorme y llegó a ganar el Oscar a Mejor película extranjera, además de estrenarse en muchos países del mundo. No sería raro que los guionistas de Stillwater lo hayan visto y se hayan sentido atraídos por algunas ideas. Tal vez sea una casualidad o tal vez no, pero la escena del estadio se parece mucho y más aún, lo que ocurre después -que no adelantaremos- es de un parecido notable. Ambas películas tienen búsquedas diferentes, no se parecen en ninguna otra cosa.
Es necesario repetir, una vez más, que Matt Damon es un excelente actor. Él está muy bien en su rol protagónico, sin exageraciones da perfecto con su papel. Su padre trabajador de Oklahoma contrasta muy bien con el personaje de la actriz intelectual y progresista de Marsella. Una buena trama policial centrada en un drama como este logra impactar aún más. La lucha de este padre por salvar a su hija en un mundo que no entiende y el misterio a resolver en sí mismo son una gran combinación para una película que hubiera merecido más repercusión de la que tuvo.