Londres, 1940, en plena Segunda Guerra Mundial, un grupo de cineastas recibe el encargo de realizar una película patriótica que levante el ánimo de la población, a diferencia de otros films que solo causan risa por su falta de calidad. Mientras la aviación nazi bombardea la ciudad, el equipo se pone manos a la obra para rodar el filme perfecto que conmueva a los espectadores ingleses. Para lograrlo contratan a Catrin Cole (Gemma Arterton), una secretaria convertida a guionista, que tendrá que escribir el libreto de la película mientras se gana la confianza de todo el equipo. En este ambiente conocerá al guionista Tom Buckley (Sam Claflin) y al veterano actor Ambrose Hilliard (Bill Nighy). Los tres se enfrentarán a multitud de retos e interferencias políticas mientras intentan hacer algo con significado en esos tiempos de guerra. Catrin descubre la historia de dos hermanas mellizas que fueron con su barco a buscar soldados a Dunkerque. Aunque la historia no es tan interesante como parecía al comienzo, ella decide tomarse algunas libertades para conseguir que todo el estudio se ponga a hacer una película en base a ellas.
Su mejor historia (Their Finest, 2016) es una clásica narración británica con una reconstrucción de época perfecta, un elenco brillante y todos los ingredientes de una película ambientada en la Segunda guerra mundial. Las historias personales mezcladas con la historia grande y toda una subtrama de cine dentro del cine. La película tiene humor al tiempo que van apareciendo los indicios de la tragedia de cualquier país en tiempos de guerra. Una y otra vez la muerte asoma en medio de una película relajada y efectiva a la vez. Hacia el final, la película realiza el doble trabajo de emocionar con dos películas. La que están haciendo los personajes y la que estamos viendo nosotros sobre dicha realización. Consigue ambas cosas y el final es tan motivador como la que película que los personajes buscan hacer. Emoción por partida doble para una película que representa, incluso desde el título, el espíritu británico.