La cuarta película de Ben Affleck como director lo confirma como el más importante de los cineastas surgidos en el siglo XXI. Su clasicismo y su solidez no tiene comparación entre sus contemporáneos.
La cuarta película de Ben Affleck como director lo confirma como el más importante de los cineastas surgidos en el siglo XXI. Su clasicismo y su solidez no tiene comparación entre sus contemporáneos.