DOS MAESTROS JAPONESES
“Puesto que somos japoneses, deberíamos hacer cosas japonesas.
Yasujiro Ozu
Los libros sobre directores suelen cumplir dos funciones: en principio, organizar la obra de un realizador a partir de una mirada global de su cine; en segundo lugar, profundizar tanto sobre los temas que habitan en su universo, como sobre su estética. Asimismo, sirven para dar a conocer a un realizador sobre el que poco se sabe fuera de su ámbito. La Colección Signo e Imagen/Cineastas, que publica Cátedra desde hace años, viene editando con una inmejorable calidad títulos sobre directores, algunos de ellos con una trayectoria y un reconocimiento muy vastos; otros con una filmografía menos prolífica, pero cuya calidad augura un futuro prometedor. Ejemplo de esto son los dos libros que aquí analizamos. Por un lado, el dedicado al legendario director Yasujiro Ozu, cuya figura ha sido estudiada en profundidad en los últimos años; por el otro, el dedicado a Takeshi Kitano, uno de los más asombrosos y originales realizadores contemporáneos. Que Ozu y Kitano pertenezcan a un mismo país es la mejor excusa para analizar los dos libros juntos, ya que ambos dan cuenta, a la vez, de dos épocas distintas de una cinematografía inserta en la misma cultura.
Yasujiro Ozu: un maestro del cine clásico
Hubo una época en que el cine japonés remitía a un solo nombre: Akira Kurosawa. Considerado con los años como el más occidental de los cineastas japoneses, sus films comenzaron a ser famosos en el mundo a partir de 1950. Detrás de él estaba todo el cine japonés clásico, brutalmente dividido, claro está, por la Segunda Guerra Mundial. Y aunque poco a poco otros nombres comenzaron a ser recuperados, aun hoy es incomparable la fama de Kurosawa en relación con algunos de sus contemporáneos, incluso con quienes, como Ozu, surgieron antes que él. En la actualidad, cualquier espectador interesado por seguir su cinematografía ya conoce también a Yasujiro Ozu y a Kenji Mizoguchi. Curiosamente, fue gracias a la fama adquirida por Kurosawa que estos dos grandes maestros recibieron más tarde su merecido reconocimiento internacional. Juntos conforman el trío de cineastas más importantes del cine japonés en la historia del cine mundial. Años más tarde también tardíamente- se sumó a ellos Mikio Naruse. Dentro de esta personal cinematografía quedan aun, lógicamente, muchos otros cineastas por descubrir, pero éstos son -sin duda- quienes ocupan el lugar más importante puertas afuera de la cultura oriental. Durante las últimas décadas, la obra de Ozu comenzó a volverse de gran interés tanto para los espectadores como para los estudiosos y teóricos, quienes se han visto profundamente atraídos por ese universo tan personal, pequeño y simple -aunque sólo en apariencia. Ozu se convirtió, de pronto, en un enigma que todos quieren revelar por la particularidad de su estilo. Por un lado, se ha erigido como el más moderno de los cineastas; por el otro, como el mayor de los clásicos. El libro de Antonio Santos repone todas estas opiniones y las confronta, al tiempo que hace un recorrido exhaustivo por la obra del cineasta. Para quienes ya se reconocen admiradores del cine de Ozu, el libro resulta un espacio de lectura imprescindible por el análisis exhaustivo que el autor hace de su obra y de su discurso; para quienes no se encuentran aun familiarizados con el realizador, se convierte en el camino ideal para interesarse en conseguir sus películas. En casi 600 páginas, Antonio Santos no deja nada de su cine sin analizar, pues realiza una completa biografía del cineasta, reconstruye con claridad el contexto del cine japonés que rodeó a su obra, y aporta una filmografía y bibliografía extensas, precisas y muy útiles para quien desean seguir indagando en el tema. Sin embargo, lo más importante es que estudia con exhaustividad cada uno de los films, al tiempo que hace un excelente análisis de los recursos estéticos utilizados por Ozu, así como también de sus temas recurrentes. Una obra que realiza un gran aporte para comenzar a entender al cine clásico japonés y a uno de sus grandes maestros.
Takeshi Kitano: un maestro del cine actual
Cuando en 1950 la película Rashomon causó impacto en el Festival de Venecia, al cine nipón se le abrieron las puertas al mundo. Algunos años después, en 1997, Flores de fuego (Hana-bi), de Takeshi Kitano consiguió volver a producir el renacimiento del interés occidental por el cine japonés. En el libro de Luis Miranda sobre Kitano se cuenta, entre otras cosas, cómo éste comenzó a ser tomado en serio dentro de Japón recién después de obtener esa premiación. Es sabido que dentro de su propio país Takeshi Kitano es conocido como Beat Takeshi, un comediante de la televisión, un hombre con muchas caras, pero ninguna relacionada con el arte más elevado. El autor del libro da cuenta también como lo hace el libro sobre Ozu- de la historia del cine japonés, porque a partir de allí puede acercarse con mayor objetividad a la figura de Kitano como director y a sus intenciones de recuperar elementos relacionados con la tradición de su país. Pero tal vez lo más valioso del texto es que se dedica, como prácticamente nadie -en español- hasta la fecha, a analizar la estética del realizador, sus recursos visuales, su sentido del tiempo en pantalla, sus gags y su particular uso del montaje. También analiza la actuación en su cine y su propia dualidad como actor y director. Pese a que Kitano aun posee una filmografía acotada, que todavía puede evolucionar hacia cualquier rumbo, Miranda consigue igual dar cuenta de todos y cada uno de los detalles que permiten entender su universo y que serán de gran utilidad a futuro. A igual que en el libro de Ozu, la documentación es profusa y valiosa, y se complementa con una entrevista al director, que aporta algunos otros datos de interés, muy útiles al ya de por si rico análisis teórico sobre su filmografía. Para cerrar, nada mejor que citar una frase del propio Kitano en relación a su forma de elipsar escenas: Me gustaría dejar espacio para que usen su imaginación y lean lo que no está totalmente dicho. Dos libros sobre dos grandes maestros, que ayudan en el trabajo de desentrañar sus films, aun cuando éstos sigan encerrando misterios que no se dejen revelar.
TAKESHI KITANO
Luis Miranda
Editorial: Cátedra (Signo e Imagen/Cineastas)
España, 2006
YASUJIRO OZU
Antonio Santos
Editorial: Cátedra (Signo e Imagen/Cineastas)
España, 2005