El cine de Pakistán tal vez haya crecido a la sombra del cine de la India, pero las diferencias políticas y conflictos entre ambos países permitieron también que Pakistán tuviera su propia edad de oro e identidad cinematográfica. A pesar de haber logrado una producción enorme a comienzos de la década del setenta, los cambios ocurridos en el país y su islamización llevaron a una franca decadencia desde el año 1977 y hasta el final del siglo XX. Hace poco más de una década el proceso se revirtió y la industria cinematográfica volvió a resurgir. Hoy llega a todo el mundo y particularmente Teefa in Trouble se estrenó en más de veinte países y actualmente está disponible en Netflix. La película figura entre los cinco films más taquilleros de la historia del cine de Pakistán y además es el primer título de dicho país distribuido internacionalmente por la productora y distribuidora India Yash Raj Films, una de las productoras más importantes del cine de la India. El protagonista, Ali Zafar, es un reconocido artista pakistaní, cantante y compositor, además de estrella de cine. El dato curioso es que esta es su primera película de Pakistán, las anteriores fueron todas hechas en la India.
Teefa in Trouble es una comedia romántica de acción al uso del cine de Bollywood, una clásica mezcla de géneros que incluye, por supuesto, números musicales y una duración de más de dos horas, como es habitual en el cine de la India. Para su protagonista sin duda es el máximo éxito cinematográfico, pero también para el cine de Pakistán es un gran paso hacia adelante. La película tiene una estructura que va mucho más allá de los géneros de India y Pakistán, como se puede ver por el punto de partida que tiene. Teefa (Ali Zafar) es un joven que ha perdido a su padre y se desvive por darle a su madre una vida digna, también sueña con tener un restaurante. Mientras tanto, se ha involucrado en una vida criminal, siendo el matón de un gángster de Lahore llamado Butt Sahab (Mehmood Aslam). Teefa solo desea reunir el dinero necesario para cumplir su sueño y dejar atrás esa vida de marginalidad.
Anya (Maya Ali) es la hija de un gran amigo de juventud de Butt Sahab, Bonzo (Javed Sheikh), un poderoso hombre de negocios que vive en Varsovia, Polonia. Como es habitual en estas cinematografías, la boda arreglada será el disparador de los conflictos principales. Butt Sahab quiere que Anya se case con inmaduro y ridículo hijo, Billu Butt (Marhoom Ahmad Bilal). Le quiere hacer esa propuesta a Bonzo, pero este le dice que no, que tiene otros planes (también de matrimonio arreglado) para su hija. Ambos ignoran que Anya está enamorada de Andy (Tom Coulston), un cantante polaco amigo de ella. Desesperado, Butt Sahab le pide a Teefa que viaje a Varsovia y la secuestre, para que se case con su hijo. Lo que todos estamos esperando es, por supuesto, que cuando Teefa y Anya se conozcan, se enamoren. Pero por todo lo mencionado anteriormente, la cosa no será tan fácil.
Es muy habitual que las películas de la India (internacionalmente simplificadas bajo el término Bollywood) y ahora también las de Pakistán (también simplificadas bajo el nombre de Lollywood) usen locaciones europeas, en este caso Varsovia. La verdad es que ganan en espectacularidad y suman más lujo a sus enormes producciones. Siempre es raro ver europeos actuando dentro de un elenco de estos films, en este caso el mencionado Andy, un tercero en discordia al mejor estilo de la comedia romántica de todo el mundo. Porque en definitiva Teefa in Trouble es una versión alocada y desaforada de las screwball comedies clásicas como Lo que sucedió aquella noche (It Happened One Night, 1934) de Frank Capra o su variable argentina La rubia del camino (1938) de Manuel Romero. Una pareja se conoce en una situación adversa, con uno de los personajes rumbo a una boda y en el camino los desconocidos terminan enamorándose contra todos los pronósticos. Contra todos los pronósticos excepto los cientos de miles de espectadores que han pagado para ver eso en la pantalla. Teefa in Trouble suma la variable de dos bodas arregladas en un lugar de una y la huida de ambas para lograr un amor que, a la vez, no es el del galán protagónico. Anya por supuesto es la gran heroína de la película y esta multitud de hombres a su alrededor buscarán su corazón aunque no parezcan estar interesados en sus deseos. Anya es un heroína típica de estos títulos también, la joven rebelde que quiere casarse por amor y no por arreglos sociales o económicos. La película, luego de un sinfín de aventuras, escenas de acción, persecuciones, momentos de comedia y musicales, terminará con una eufórica felicidad propia del más optimista de los mundos cinematográficos. Eso sí, no falta un poco de condimento agridulce para agregarle drama y emoción a la historia. Si nunca han visto un film de Pakistán o no están muy familiarizados con el estilo del cine de la India, esta es una razonable puerta de entrada.