Terrifier 3 (Estados Unidos, 2024) de Damien Leone es la tercera entrega de la franquicia de Art The Clown, un personaje que nació incluso antes de la primera Terrifier (2016) en dos cortos y un largometraje de varias historias. Aunque no es tan masivo como otros monstruos del cine de terror, su categoría de personaje de culto ya figura para siempre en la historia del género, incluso entre los más importantes. Acá confirma su estatus al mismo tiempo que confirma sus características. Mientras se mantenga fiel a su estilo, sus películas nunca se volverán del todo masivas. Eso, por supuesto, es parte de su encanto.
Resumir el argumento de Terrifier 3 es imposible, en parte por lo delirante, pero copiando una sinopsis detallada se puede entender la locura sólo con el prólogo que le da comienzo. “Después de ser decapitado por Sienna Shaw, el cuerpo sin cabeza de Art the Clown decapita y usa la cabeza cortada de un policía que responde al incidente, y se dirige al asilo donde la sobreviviente Vicky Heyes, ahora poseída por Little Pale Girl, acaba de parir a la propia cabeza de Art. Matan a una enfermera y a un guardia antes de huir a una casa abandonada. Vicky se estrella la cara contra el espejo del baño, usando un fragmento de vidrio roto para cortarse las muñecas, entrando en hibernación en una bañera, mientras Art se sienta inmóvil en una mecedora en el ático; los dos quedan dormidos, hasta que pasan cinco años y alguien entra en la casa…” Si se tratara de lógica y realismo, no pasaría la prueba, pero además de la sangre que cualquiera puede inferir en este comienzo, lo importante viene después, cuando Art The Clown se disfrazada de Papá Noel y su destino se vuelve a cruzar con la aún traumatizada Sienna.
Terrifier 3 es un auténtico film gore, lo que comúnmente se llama splatter, es decir escenas sangrientas explícitas, con mutilaciones mostradas en primer plano y uso excesivo y desenfrenado de la violencia por parte de uno o varios asesinos. Este carnaval de sangre siempre está al borde de la parodia y no son pocos los films de este género que son comedias. Quién entre por error a ver un film gore, saldrá shockeado o muerto de risa, depende de que tanto crea lo que ve. Quién entre a ver Terrifier 3 sin saber lo que se va a encontrar, la puede pasar realmente mal. Los reportes de desmayos y vómitos en las salas donde la película ha sido proyectada pueden ser una gran campaña de marketing, pero no son ilógicos, porque esta es una de las películas más impactantes de toda la historia del género. Están avisados.
Demian Leone recibió, luego de la extraordinaria Terrifier 2, muchas ofertas para convertir su saga de bajo presupuesto en una franquicia clase A. Por suerte no aceptó y esta locura que se estrena ahora sólo costó dos millones de dólares y no hizo ni una sola concesión para el mercado. Los que se preguntan sobre la coherencia de la saga, se pueden quedar tranquilos, todavía no se ha vuelto un mundo para todo público. El éxito de taquilla de la parte dos se confirmó en la parte 3, que lleva ya recaudados, a un mes de su estreno, más de sesenta millones de dólares sólo en Estados Unidos. La cuarta parte está en camino y si se mantienen las reglas, una quinta parte es inevitable, a juzgar por los deseos de Leone.
¿Pero cuál es el encanto de estas películas? ¿Por qué nos han cautivado a punto tal de convertirnos en seguidores de Art the Clown y fans de Sienna, como en su momento pasó con otros monstruos y otras heroínas? En primer lugar, hay que decir que no todos los días aparece un villano original y contundente. Art the Clown, interpretado actualmente por David Howard Thornton, es a la vez un demonio y un asesino serial, alguien que combina el terror realista con el sobrenatural sin problemas. Este punto de partida ya nos inquieta y desestabiliza. Además, su condición de payaso mimo de gestualidad chaplinesca y cero palabras, lo hace especialmente perturbador. Una especie de Charles Chaplin del infierno, que sonríe y gesticula como el gran cómico, pero con una máscara siniestra y un gorrito diminuto y simpático. Pero hay más, en esta tercera parte, este personaje sin diálogos no respeta ninguna lógica asesina. Puede usar un cuchillo, un hacha, un martillo, nitrógeno líquido, una motosierra, ratas, un revólver o una bomba. No se puede saber lo que sacará de su infame bolsa ni qué horror se desatará a continuación. A juzgar por su bolsa, no sólo por el disfraz que usa esta vez, es una Santa Claus monstruoso que en lugar de juguetes carga todo aquello que puede dañar, incluso a los niños. No es un asesino con códigos, porque, amigos, es un asesino.
Sienna Shaw, por su parte, es una final girl nacida para ser querida por cualquier fan del género. Tiene todos los elementos necesarios, incluyendo su amor por el cosplay, lo cuál la conecta con generaciones más contemporáneas. Lauren LaVera encontró su lugar en la historia del cine al cruzarse con esta saga de películas que aún no ha terminado. Ya tener un villano y una final girl -la chica que sobrevive, para traducirlo de forma clara- es algo complicado de conseguir. En Terrifier 2 quedó claro que este par es el corazón que hace la diferencia y aquí, en Terrifier 3, los momentos que caen son aquellos en los cuales la película le quita importancia a Art the Clown. Ese es el momento en el cual parece que la película busca abrir la puerta de una cuarta parte. La especulación no sirve tanto y es cuando el descontrol queda en suspenso por unos minutos. Se extraña también la canción del Clown Café, aunque esta suena en un breve momento.
Terrifier 3 tiene un guión que es bastante absurdo, con algunas arbitrariedades inusualmente llamativas, pero en ningún momento este terror está planteado para funcionar a partir del guión. Esto es todo lo contrario al llamado terror elevado que está tan de moda. Esto se parece a la intensidad sin límites de fines de los setentas y principios de los ochentas, cuando el gore reinaba y el humor todavía era parte de la historia. Luego el cine splatter se puso serio y el torture porn cobró protagonismo. Hay ejemplos extremos de esto último y no es tan divertido ver esta clase de título como sí lo era disfrutar del splatter casi slapstick de los años anteriores. Terrifier 3 juega un poco para los dos equipos, pero la balanza se inclina hacia el gore original, no sólo porque tiene varios momentos graciosos, sino porque además se aleja del realismo en todo momento. Los efectos son buenos, pero a la vez se guardan ese margen de delirio y Grand Guignol que dio origen a esta clase de títulos.
El pequeño crecimiento en fama le permite a esta nueva entrega tener algunos rostros conocidos en el reparto, como Jason Patric, Tom Savini, Daniel Roebuck y Clint Howard. Pero todavía su condición de cine de bajo presupuesto se mantiene intacta. Se ha convertido en la actualidad en la película Unrated más taquillera de todos los tiempos. La lealtad a los espectadores le ha dado a su vez la fidelidad de estos. La trama se perderá entre tantas locuras, pero las escenas por separado serán inolvidables. Los estómagos débiles han sido avisados y los que aceptan el reto están invitados. Hay varios momentos no se borran fácil de la memoria y por eso es importante avisar antes. Cuando Art The Clown empieza a hacer chistes, disfrazado de un Papá Noel irreverente, sabemos que es el prólogo para un momento de violencia y sangre. Una pesadilla antes de Navidad para los amantes del gore, para aquellos que de verdad conocen el género y sus reglas.