The Cannonball Run (1981) es uno de los clásicos taquilleros más recordados de su época. A pesar de que es un film con el espíritu de las comedias y films de acción de la década del setenta, la película se hizo en la década del ochenta, siendo de alguna manera un cierre para esa clase de films. El éxito de taquilla fue tan grande que tuvo una secuela en 1984. De hecho la película está inspirada en parte también por el éxito de The Gumball Rally (1976) de Charles Bail. Ambos films tienen como origen una verdadera carrera ilegal llamada Cannonball Baker Sea-To-Shining-Sea Memorial Trophy Dash. Muchos títulos conformaron el género de carreras en la carretera, incluyendo versiones más oscuras o con variantes de guión como el clásico Death Race 2000 (1975) de Paul Bartel. Otra inspiración fue The Great Race (1965) la comedia de Blake Edwards.
La historia es tan sencilla como se puede imaginar. Un grupo de competidores deben ir con sus vehículos desde Connecticut a California. Marcas su tarjeta en la largada y después cada uno está a su suerte, esquivando a la ley y tratando de vencer a los demás competidores. La variedad de vehículos y personajes es la gracia que permite generar todos los gags y escenas de acción que tiene la película. Imitados y repetidos muchas veces, algunos de esos gags pueden parecer inocentes hoy en día, pero no se trata de otra cosa más que de la vieja comedia slapstick del cine mudo llevada a los vehículos del momento.
El elenco de estrellas es lo que diferencia a esta película del resto. En primer lugar el protagonista Burt Reynolds, que se había especializado en esta clase de película en los años anteriores cuando protagonizó dos grandes comedias automovilísticas: Smokey and the Bandit (1977) y Hooper (1978) ambas dirigidas por el director de The Cannonball Run, Hal Needham, amigo de Burt Reynolds y legendario doble de riesgo antes de convertirse al final de su carrera en director. Burt Reynolds hace equipo aquí con Dom DeLouise, con quien Reynolds trabajó en varias ocasiones. En su viaje se sumarán una fotógrafa, Farrah Fawcett y un médico demente interpretado por Jack Elam, ya que el vehículo que eligen para evitar los controles es una ambulancia.
Dean Martin y Sammy Davis Jr viajan en una Ferrari disfrazados de curas católicos y hacen de borrachos que manejan a toda velocidad por la ruta, porque en esa época la corrección política no se preocupa de esas cosas si era una comedia. Adrienne Barbeau y Tara Buckman manejan un espectacular Lamborghini Countach LP 400S y usan su belleza para evitar que los policías le saquen el auto, cosa que se complica cuando encuentran a una mujer policía interpretada por Valerie Perrine. Otro cameo divertido es el de Peter Fonda como Hell´s Angel, en clara referencia a sus roles en The Wild Angels (1966) Easy Rider (1969) dos grandes clásicos del cine de motos.
La lista de famosos es larga pero hay dos más para destacar. Roger Moore interpreta a un joven aristócrata que se cree que es Sir Roger Moore a pesar de que su mamá le deja en claro que no lo es y que actúa todo el film como si fuera James Bond, rol que él estaba interpretando en ese momento en las películas de la serie. Los conflictos de derechos para autoparodiarse no impidieron muchísimos chistes con referencias al personaje, incluyendo música, diálogos, actrices y accesorios del auto, así como muchas burlas al propio Moore, que no tiene problema alguno en dejarse en ridículo. El otro actor que aparece, debutante en el cine norteamericano, es nada menos que la estrella de Hong Kong Jackie Chan. La película le permite una escena donde se luce con sus habilidades en las artes marciales pero el actor estaba bastante enojado por el confuso hecho de que se supone interpreta a un japonés. Él y su copiloto manejan un Subaru con tecnología de avanzada y computadoras sofisticadas (hoy se ven muy graciosas) que le permiten hacerse invisibles en la noche, entre otras cosas. Como dato curioso la película influyó fuertemente sobre Jackie Chan, quien adoptó la costumbre de los errores de filmación mostrados durante los títulos finales.
El éxito de la película llevó a una secuela con varios de los actores del primer elenco y otras estrellas invitadas y un tercer film llamado Speed Zone (1989) de Jim Drake que es una especie de continuación de los films anteriores. En el año 2018 surgió un proyecto para hacer una remake, pero todavía le falta un largo camino por seguir. La muerte de Burt Reynolds podría ser una manera de traer a la luz muchos de sus films y si no este, tal vez otros sean rescatados o vuelvan a realizarse. Lo mejor será seguir viendo los originales.