The Edge of the World es una película británica de 1937 dirigida por Michael Powell, basada libremente en la evacuación del archipiélago escocés de St Kilda. Fue el primer gran proyecto de Powell. El título es una referencia a la expresión última Thule, acuñada por Virgilio, en su conocido poema épico Eneida, hace mención a la Ultima Thule (en latín “el norte más distante”), que sería la porción más al norte de Thule. La película es la historia de cómo se fue despoblando de una de las islas más alejadas de Escocia, combinando eventos personales, así como los cambios generacionales y la inclemencia del tiempo en una zona tan recóndita.
The Edge of the World comienza con un yate pasando por la remota isla de Hirta. Al navegante (interpretado por el director, Michael Powell) le resulta extraño que la isla se vea desierta, cuando un libro que lleva menciona que debería estar habitada. Su tripulante Andrew Gray (Niall MacGinnis) le dice que su libro está desactualizado y que la isla está deshabitada. Andrew intenta disuadir al navegante de bajar, pero decide hacerlo de todos modos. Después de hacer tierra, encuentran una lápida en el borde de un acantilado, y Andrew, que resulta ser un ex isleño de Hirta, comienza a recordar. El resto de la película es su flashback, rememorando los motivos por los cuales la isla quedo desierta.
El director Michael Powell es uno de los más prestigiosos e importantes realizadores de la historia del cine británico. Su asociación con Emeric Pressburger está considerada la dupla más importante la cinematografía de ese país. Para muchos, Michael Powell hizo casi todas sus mejores películas en colaboración con Pressburger, pero en solitario filmó algunos clásicos como Peeping Tom (1960). The Edge of the World (1937) es tomada como la película que inició la verdadera carrera de Michael Powell como gran realizador. Aunque es difícil de adivinar al verla que el realizador luego haría películas como Las zapatillas rojas (1948) o Los cuentos de Hoffman(1951), lo cierto es que se trata de una obra cumbre independientemente de la carrera previa o posterior del que la dirigió. Si bien la película no ha sido olvidada, tiene mucha menos difusión que otros film del director.
La película se centra esforzada comunidad que vive en la isla de Hirta. En particular tres personajes. Andrew, quien recuerda la historia, es uno de esos tres personajes principales. El amigo de Andrew, Robbie Manson (Eric Berry) quiere salir de la isla y explorar el mundo. La hermana de Robbie, Ruth Manson (Belle Chrystall), es la novia de Andrew, y la joven pareja está bastante dispuesta a quedarse. Discuten acerca de los motivos para irse o para quedarse. Pero desde el comienzo un aire trágico sobrevuela los eventos y, después de todo, el comienzo del film ya dice cómo termina la historia.
Michael Powell realiza un film impactante, donde juega entre los límites de la ficción y el documental. Aunque los actores son profesionales y la puesta en escena claramente está armada con recursos estéticos que serán la marca del director, la película filma la naturaleza con un estilo realista que por sin duda evoca a otros cineastas de aquella época, por ejemplo la dupla F.W. Murnau y Robert J. Flaherty. Los actores en los espacios reales, las tormentas, el mar embravecido, los paisajes del lugar, todo es arrebatador y le da mucha más fuerza a la historia. La película posee una belleza inolvidable. Recuerda, evoca, o simplemente se parece a los films de John Ford de aquellos años. Para lograr esto, Michael Powell obviamente viajo a una isla a filmar. Un lugar que en 1937 que no tenía ni facilidades ni comunicaciones acordes a la época. Vivían casi aislados durante el rodaje, los actores se expusieron a situaciones de cierto riesgo y hay mucho material que quedó fuera del montaje, demostrando el interés del director por crear una mirada auténtica del lugar que los rodeaba. Como hacía John Ford con sus westerns, Powell se aisló para hacer su primer gran film. Fue hasta el límite del mundo y trajo al regresar esta película inolvidable.