Jim (Liam Neeson) es un ranchero en la frontera de Arizona. Peleó en Vietnam y como el título de la película indica es un tirador experto. Ha enviudado y está a punto de perder su rancho por las deudas acumuladas. Su hija, policía, intenta ayudarlo a salir de la tristeza y el alcohol. El azar lo cruza con una madre y su hijo en la frontera con México. Ilegales, ambos escapan de un cartel de drogas. Jim no puede salvar a la madre, pero le promete que llevará al niño con sus familiares. Esa misión se convierte en una cuestión de honor para el exmarine.
Si no supiéramos que el director es Robert Lorenz, colaborador de Clint Eastwood en una docena de sus films y productor de varios, igual veríamos la conexión entre este film y Un mundo perfecto o Honkytonk Man. No solo el que sea una road movie sino también el tiempo narrativo, los encuadres y los temas. Hay mucho de la vieja idea del cine y el mundo en The Marksman. También, en algunos pasajes, recuerda a Witness (1985) de Peter Weir. Y Jim es tan decente como lo era el John Book interpretado por Harrison Ford.
Este es el segundo film de Robert Lorenz, el primero, Curvas de la vida (Trouble with the Curve, 2012) estaba protagonizado por Clint Eastwood. Curiosamente es la única actuación de Clint Eastwood en un film no dirigido por él en el siglo XXI. Ese nivel de respeto tiene el maestro por su discípulo. En sus dos films la relación padre e hija se hace presente, otro punto de interés de Lorenz, como lo ha sido de Eastwood también.
La diferencia está en que Lorenz tiene una mirada menos sabia que la de Eastwood. No consigue ir más allá de su protagonista, no consigue hacer un retrato más abarcador como el que lograba Eastwood en la mencionada Un mundo perfecto. Pero el camino de este hombre de honor y el peso moral del recuerdo de su mujer son temas que cada vez parecen interesarle menos al cine actual. Una mirada trascendente sí aparece en la elección entre el bien y el mal en cada momento de la vida.
The Marksman es, sin que esto parezca una frase hecha, una película fuera de época. Una mejor época, si me preguntan. Donde el cine era menos payaso y se podía contar una historia de manera clásica con un gran personaje. Protagonistas de pocas palabras y acciones claras. Clint Eastwood sigue filmando, pero además ha dejado varios discípulos que han entendido la grandeza de su arte. Acá se ve claramente el trabajo de uno de ellos.