¡Oh, no una nueva versión de The Office! El grito de muchos que dicen que no quieren más versiones luego de la original, de Gran Bretaña (2001-2003), y la remake, de Estados Unidos (2005-2013). Pero lo que tal vez no todos sepan es que esta nueva versión hecha en Australia ni por asomo es la tercera versión. Hay, hasta la fecha, trece versiones oficiales de The Office. A las tres ya mencionadas hay que sumarles: Stromberg (2004-2012, Alemania), Le Bureau (2006, Francia), La Job (2006-2007, Canadá), La Ofis (2008, Chile), HaMisrad (2010-2013, Israel), Konttori (2017-2019, Finlandia), Kancl (2014, República Checa), The Office (India), The Office Pl (2021-2023, Polonia), Kontoret (2012-2013, Suecia) y Al Maktab (2022-2023, Arabia Saudita.
Pero claro, The Office Australia es la nueva versión en inglés y llega a todo el mundo. Es decir que la más importante a nivel distribución desde las primeras dos. Lugar ingrato, si los hay, porque la serie creada y protagonizada por Ricky Gervais es de culto y su popular remake, protagonizada por Steve Carell, una de las más queridas de los últimos años. Ir detrás de ellos es un camino directo hacia el odio de los fans. Gervais apostó a un concepto de serie corta, bastante arriesgada, jugando al falso documental en broma, el mockumentary. Junto a Stephen Merchant creó un clásico de culto que parecía inimitable. Pero en Estados Unidos lograron lo imposible, una remake diferente y parecida a la vez, a la altura de la original por tener identidad propia. El responsable fue Greg Daniels, pero el mérito estuvo también en un Steve Carell en su máximo esplendor. No vi las demás versiones, pero por su corta duración muchas parecen haber fracasado. La de Arabia Saudita, a juzgar por el tráiler, parece un mundo aparte. ¿Qué chances tiene Australia de triunfar si la comparan con las anteriores? Ninguna, o casi ninguna.
Pero no es una serie cara y, aunque sea para odiarla, la gente la ve. No es necesario ver dos temporadas aunque se sigue con genuino interés la historia de amor entre Nick (Steen Raskopoulos) y Greta (Shari Sebbens). Mientras que esta historia empieza desde cero, el resto de la serie hace un doble juego al plantear el conflicto de las otras versiones, con la necesidad de productividad y a la vez sin esperar nada en poner a la protagonista como el personaje ridículo que es. En ese aspecto se parece más a lo que hizo Ricky Gervais, pero con una intensidad actoral parecida a la versión americana cuando ya estaba avanzada. Hannah Howard, interpretada por Felicity Ward, es la primera mujer en interpretar a la jefa en la serie, pero esto no es ideológico, sino una variable más entre tantas otras versiones. Nada que reclamar. Su subalterna Lizzie (Edith Poor) está muy bien en su rol. En la comparación siempre van a perder y el primer episodio es el más complicado de atravesar. Pasado eso se disfruta y produce las risas de una fórmula completamente probada y sin señales de agotarse. Un milagro en la historia de la televisión que ahora entró en la era del streaming.