The Waterboy, estrenada directamente en video en la Argentina como El aguador, es una comedia de 1998 protagonizada y producida por Adam Sandler y uno de los films más exitosos de toda su carrera. Junto con Billy Madison (1995) y Happy Gilmore (1996) construye una trilogía de comedias del estilo Adam Sandler en estado puro. Luego vendrían elencos compartidos, variables románticas, niños y hasta drama. Pero estos tres films constituyen el motivo por el cual Adam Sandler se convirtió en uno de los imprescindibles de la comedia contemporánea.
La película cuenta la historia de Bobby Boucher (Adam Sandler), un inadaptado social de 31 años que vive con su madre sobreprotectora (Kathy Bates) y no ha podido conocer a su padre, quien según le ha contado su madre, murió de deshidratación en el desierto. Tal vez por eso Bobby tiene como obsesión el agua y es el aguatero de un equipo de fútbol americano. Pero el entrenador en jefe de los Cougars, Red Beaulieu (Jerry Reed), despide a Boucher, alegando que ha en todos los dieciocho años que trabajó en el club no ha ayudado al equipo. Bobby se acerca entonces al entrenador Klein (Henry Winkler) de la Universidad Estatal del Sur Central de Luisiana Mud Dogs y es contratado como el chico del agua del equipo. Los Mud Dogs han perdido cuarenta juegos consecutivos, sus animadoras son alcohólicas y los jugadores se ven obligados a compartir equipos debido a los recortes presupuestarios. Pero cuando el entrenador descubre que la furia contenida de Bobby es capaz de convertirlo en un feroz jugador, decide probarlo en el equipo.
La clásica comedia deportiva con el tapado que se convierte en estrella. Desde el cine mudo hasta la actualidad, pasando por los Hermanos Marx, Jerry Lewis y todo comediante popular que haya existido. El fútbol americano es posiblemente el deporte que más ejemplos de comedia deportiva tenga, aun cuando no es popular fuera de Estados Unidos. Adam Sandler le agrega todos los ingredientes posibles. Su madre sobreprotectora que lo ha tenido viviendo aislado del mundo en medio del pantano de Luisiana, la novia Vicky Vallencourt (Fairuza Balk) que ha salido de la cárcel y adora al inocente Bobby a quien ama desde la infancia y el entrenador Klein que se ha convertido en un cobarde luego de que el bravucón de Beaulieu le robara su libro de jugadas. Todos tienen algo para ganar, todos tienen algo que aprender, todo tiene que resolverse al final de la historia como corresponde. La felicidad total en el género más movilizador que existe.
Los gags son sublimes, son previos a la corrección política aunque la troupe Sandler nunca fue reaccionaria. Ni que hablar del lujo actoral de gente como Kathy Bates, algo que el actor sumaría a lo largo de su filmografía. Pero la alegría no está en tener una actriz prestigiosa, sino en que esta esté al servicio de la comedia y el guión. Bates está brillante, tan simple como eso. Tampoco faltan los actores amigos que completan sus elencos. Allen Covert, Jonathan Loughran, Blake Clark, Peter Dante y el comienzo de los cameos de Rob Schneider son la gran familia del actor. Como homenaje a la cultura popular que tanto ama Adam Sandler aparecen los dos actores que interpretan a los entrenadores. El músico y actor Jerry Reed, legendario en su rol de Cledus junto a Burt Reynolds en las películas de Smokey and the Bandit. Los films de Reynolds son un gran referente para Sandler, que incluso hizo una remake de The Longest Yard. Y Henry Winkler, eterno Fonzie de la serie Happy Days.
Entre la trama deportiva también el tema de la aceptación de todos, el animarse a salir del nido y enfrentarse al mundo. Cosas que parecen obvias pero que conforman la felicidad que produce la película, lo mismo que la ausencia del padre y la revelación final. Y como bien dice un personaje del film, interpretado por Clint Howard, al intentar pedirle a Bobby que juegue nuevamente: “No soy lo que llamarías un hombre apuesto. El buen Señor eligió no bendecirme con… con encanto, capacidad atlética… o un cerebro completamente funcional. Verás, eres una inspiración, para todos nosotros que… que no nacimos guapos, encantadores y geniales, y…” El personaje se larga a llorar y sigue siendo un momento de comedia. La comedia fue, desde siempre, el género donde los marginados y postergados triunfan. Donde se puede ser ridículo, torpe, inseguro y aun así salir airoso y feliz. Por eso, además de todo lo gracioso que es, amamos y admiramos estos primeros films de Adam Sandler. Uno de los nuestros.