Tiempo compartido es una película mexicana que describe con humor negro el mundo de los hoteles y las empresas que se dedican a vender este tipo de productos para turistas. Dos familias llegan a un tiempo compartido y descubren que a ambas les han asignado el mismo departamento en el complejo turístico. Nosotros vivimos la historia desde el punto de vista del padre de una de esas dos familias, atormentando por la injusticia y por la incapacidad de que le resuelvan la situación. Aunque él tiene toda la razón del mundo, poco a poco va quedando como el villano y todo se transforma en una pesadilla. En paralelo la película cuenta otra historia, la de un matrimonio empleado del hotel que sobrevive a una tragedia e intenta ascender dentro de la temible estructura de la empresa.
Adicta al trazo grueso, la película funciona por momentos y se estanca en otros. Cuando se aleja de cualquier atisbo de realismo y se convierte casi en un film de terror, funciona muy bien, pero no puede sostener ese clima y queda a la deriva, en particular porque jamás consigue que las dos historias principales funcionen de forma fluida y coherente. Ganadora del premio especial del jurado a mejor guión en el Sundance Film Festival, es posible que en Estados Unidos impacte más por su costado político que cinematográfico. Los actores ponen lo mejor que tienen, juegan bien sus roles, incluso el personaje del norteamericano, que amenaza con llevar a la película hacia un terreno fantástico al que finalmente no accede.