Un especial donde dieciséis cómicos españoles se suben al escenario y recrean los mejores chistes de Gila. La excusa es que se cumplen 20 años del gran cómico español. La mayoría imita su estilo de vestimenta, tanto hombres como mujeres. Durante setenta y seis minutos observamos lo que ya sabíamos: Gila no era solo los textos, sino su presencia, su estilo, su voz, sus pausas, sus gestos. Quedan los textos y falta él. La actualidad y la vigencia de muchos de los chistes hablan bien de él y mal del mundo.
La propia voz de Gila aparece en grabaciones y extractos muy breves de reportajes. Tal vez las nuevas generaciones se acerquen así al maestro del humor. O tal vez no se acerquen nada y esto sea la forma de deshacer su legado y convertirlo en otro truco de explotación de Netflix. Los comediantes respetan y veneran a Gila y algunos se arriesgan poniendo su impronta, como los queridos Pantomima Full (Roberto Bodegas y Alberto Casado) que tienen su momento fuera del escenario para hacer su humor con carteles. Pero ellos deben hacer una pausa cuando el público se ríe, lo que les roba instantes de un humor con un timing muy exacto.
Es difícil adivinar cómo se verá el especial en los países donde Gila no es conocido o directamente donde no se habla español. Es muy poco lo que ofrece esta hora de stand up, pero algunos chistes de Gila son tan buenos que aun contados por otros nos recuerdan cuánto lo queremos. Terminar e ir a YouTube para buscar al original es el mejor consejo. Este show deja sabor a poco y ver al público del teatro con barbijos es una ironía que Gila no hubiera dejado pasar y los cómicos actuales ni mencionan. Parece qué no entendieron de que iban los chistes que homenajean.