Estados Unidos de América. El país que le ha dado a la humanidad el mayor legado de entretenimiento cinematográfico del planeta. Tornados (Twisters, 2024) es parte de esa feliz tradición y ese arte incomparable. Frente a la queja permanente porque el cine actual ha perdido el rumbo, aquí queda claro que la película pertenece al presente sin traicionar el pasado cinematográfico de Hollywood. Una secuela que podría funcionar sola sin problemas y que consigue hacernos entrar en un mundo y salir de él en dos horas. Cine.
Tornados representa a Estados Unidos a la perfección y todo lo que significa. Dice más sobre ese país y su cine que gran parte de las obras importantes que se autoproclaman retratos de dicha nación. Lo tiene todo para ser Hollywood. Una pareja protagónica carismática y con química, un grupo de secundarios que acompañan luciéndose pero sin quitar protagonismo, un director que venía de un proyecto más pequeño y ahora es lanzado a una superproducción, una historia que se vincula con un largometraje querido y popular, las referencias al más puro cine clásico de Hollywood, el respeto por las tradiciones del país sin burlarse jamás de ellas y un retrato de la América rural hecho con amor y con un despliegue visual apabullante. Nadie que conozca Hollywood y lamente su presente se sentirá defraudado por este largometraje de verdad, sin vueltas, sin solemnidad, sin amargura y sin un minuto de aburrimiento. Hollywood.
Kate Cooper (Daisy Edgar-Jones) ha dejado atrás sus años como cazadora de tornados por un evento trágico ocurrido años atrás. Pero un viejo compañero le pide que deje Nueva York y vuelva a Oklahoma para probar un nuevo sistema de seguimientos de tornados. Le pide que deje su seguro trabajo urbano de estudios de tormenta para que vuelva al campo a arriesgarlo todo frente a frente con el peligro. Renuente en un comienzo, por supuesto aceptará. Pero su equipo no será el único que va hacia esa zona, también llega un famoso cazador de tornados llamado Tyler Owens (Glen Powell), un cowboy de tornados, conocido en redes sociales que despliega su show a donde va. Ambos tienen talento y profesionalismo, pero dos miradas muy distintas sobre su oficio. Kate tiene un talento superlativo y Tyler un coraje a prueba de todo, desde el vamos queda claro que terminarán aunando sus fuerzas.
La película tiene la tensión de las comedias clásicas con los opuestos que se atraen y hasta el remate de ese vínculo merece figurar entre los más brillantes de la historia. Y también tiene una idea que atraviesa el clasicismo desde Howard Hawks hasta John Carpenter. Los profesionales nunca se retiran y siempre hay un desafío más. Los héroes no descansan. Desde la puesta en escena basta ver cómo se filman las camionetas en plano general con una banda de sonido que recuerda a los westerns que musicalizaba Elmer Bernstein. Ese amor por la épica cinematográfica alcanza un momento sublime cuando el tornado arrasa con la pantalla de una sala de cine. Ahí están las butacas, frente a un espectacular tornado en vivo frente a ellos. El cine y la vida mezclados. Para los que aman las películas, esa es la imagen misma de la pasión por el gran espectáculo. Qué maravilla que es Tornados y qué fácil es disfrutarla.