Una pareja tiene planificado pasar un fin de semana romántico en las montañas, él ha preparado unos días en una casa soñada con el objetivo de pedirle matrimonio. Pero en el camino se cruzan con una pandilla de motociclistas y sin saberlo quedan involucrados en un asunto criminal. La pesadilla recién empieza y los delincuentes no se detendrán ante nada para quedar impunes.
Paula Patton y Omar Epps protagonizan esta película que los encuentra a ambos lejos de lo que supo ser su esplendor actoral. Una trama de segunda línea que repite un conflicto muy usado en el cine, no por fácil, sino por efectivo. La pareja civilizada frente a la violencia absoluta y primitiva. Y lo que podía ser una interesante película de acción y suspenso se deshace cuando intenta convertirse en una denuncia social sobre la trata de personas. Una característica del cine actual que también se repite: el mensaje aleccionador al final de película. Innecesaria aclaración, salvo que uno crea que el cine no tiene suficiente valor con sus historias o que los espectadores son tontos y necesitan una lección para llevarse una enseñanza.