Serie de ciencia ficción que transcurre en el 2074, en un futuro distópico, por supuesto. A raíz de un misterioso desastre global, se desata la guerra entre las tribus que han surgido de los escombros de Europa. Tres hermanos de la pacífica tribu Origine se separan y se ven obligados a forjar sus propios caminos. La serie sigue el camino de cada uno de ellos cuyos destinos son muy diferentes. La suma de las tres historias arma un panorama de como es el mundo en el cual Europa vive.
No es necesario crear historias nuevas en cada serie. Tal vez no exista tal cosa como lo nuevo en lo que a narraciones se refiere. Pero lo que sí es hay que reclamar es que cuando una serie toca un género o un tema, lo haga con la energía y la convicción suficiente como para que no parezca un rejunte de muchas historias anteriores. La falla insalvable de la serie pasa justamente por ahí, por su incapacidad de hacernos sentir que vemos algo con la emoción o el interés de la primera vez. Cada pieza de vestuario es un esfuerzo en el cual podemos escuchar la voz de los vestuaristas proponiendo ideas al estilo de tal o cual película, libro o serie. Los personajes carismáticos son los ecos de otros ya vistos, hasta los comentarios sociales de la serie se ven gastados y viejos.
Al ser alemana la serie ofrece algo diferente en su elenco y por supuesto los acentos y los detalles culturales la hacen verse algo diferente a lo norteamericano, lo que le hace ganar algo de tiempo en el episodio inicial. La división en tres protagonistas mantiene el ritmo y el interés, sin embargo con eso no alcanza. Recién al final de la temporada, en el episodio seis, las cosas parecen tomar un rumbo y es ahí justo donde nos quedamos esperando para saber como sigue. Me pregunto cuantos espectadores llegarán hasta ese momento y si valdrá la pena.