Con los vampiros no hay muchas vueltas, al que le gustan estas películas las ve todas, no importa cuán mal se vean desde lejos. Mi consejo en este caso es que ni los fanáticos deberían verla. No me harán caso, porque siempre se busca lo nuevo, el detalle, la diferencia. Y sí, algo de eso se puede hacer para pasar las dos horas atroces de esta comedia de terror muy sangriente pero nula en personalidad. ¿Se ven reflejados en los espejos? ¿Los mata el sol? ¿El ajo los afecta en que porcentaje? El fanático es el único que puede entretenerse en un par de escenas. Me encantan las películas de vampiros, pero los primeros cinco minutos ya me espantaron en el mal sentido.
Bud Jablonski (Jamie Foxx) dice ser un limpiador de piscinas, pero en realidad es solo una fachada con la que engaña a todos, incluyendo a su mujer y su hija. La verdadera tarea que tiene Bud es matar vampiros en la ciudad de Los Ángeles. Lo hace por dinero y no es un trabajo sencillo. La escena inicial lo demuestra. Lo demuestra también que debe ser la pelea más complicada que tiene en toda la película, lo que no le hace bien al crecimiento dramático de Turno de día (Day Shift, 2022).
Luego descubriremos que hay toda una organización dedicada a tal tarea. Qué hay un sindicato, que hay reglamentos estrictos y todo está correctamente estudiado y armado en una guerra contra vampiros cada vez más poderosos. Así Bud terminará con un compañero de aventuras, Seth (Dave Franco) un burócrata que debe controlar que se cumplan las reglas del correcto asesinato de vampiros. Un Buddy Film de cazadores de vampiros que no aprovecha jamás su potencial. Como suelen pasar con esta generación de películas sin estilo, a la mitad ya no hay nada más para ver y todo consiste en arrastrarse hasta el final de la historia. Algo que no recomendamos bajo ningún concepto porque el final es particularmente malo.