Series

Un hombre infiltrado

De: Michael Schur

Es raro pensar que una serie norteamericana protagonizada por Ted Danson sea la remake de un documental chileno, pero Un hombre infiltrado lo es. Aquel falso y verdadero documental dirigido por Maite Alberti usaba la nada documental idea de infiltrar a un anciano en un geriátrico para hacer una investigación entre los ancianos pero finalmente terminaba siendo, ahora así, un documental acerca de las personas mayores que vivían allí. Algo parecido ocurre aquí, pero en una ficción de ocho episodios que podrían prolongarse en una segunda temporada.

Charles Nieuwendyk (Ted Danson) es un viudo y profesor universitario de ingeniería jubilado que acepta un trabajo como asistente de investigación para un detective privado para ir de incógnito a la comunidad de jubilados Pacific View en San Francisco. Su misión es descubrir quién se ha robado un collar de rubíes dentro de la institución.

De la misma manera que la película chilena tenía una excusa argumental para reflexionar acerca de las personas mayores y su vida alejados de sus familias, Un hombre infiltrado realiza algo parecido. Al poner más personajes y conflictos alarga la trama y le dedica una gran cantidad de tiempo al humor, poniéndole un humor absurdo de guionista y no de situaciones reales. Eso le juega a favor y en contra, porque gana en prolijidad pero pierde en espontaneidad. Al final del camino, original y remake se conectan en su humanismo. El documental chileno era una sorpresa absoluta y esta serie se da el lujo de renegar del cinismo y la sordidez para regalar una historia simpática y cálida.