BELLEZA, HUMOR NEGRO E INTELIGENCIA
Esta nueva serie de Netflix está basada en los libros de éxito mundial firmados por Lemony Snicket (seudónimo de Daniel Handler, quien no quería escribir libros para niños inicialmente). Para quienes no conocían la historia por la literatura, posiblemente lo hayan hecho por la película del año 2004: Lemony Snicket, una serie de eventos desafortunados dirigida por Brad Silberg, con Jim Carrey Emily Browning, Liam Aiken, Timothy Spall, Meryl Streep y Jude Law.
La historia que cuenta la serie es la los niños Baudelaire, Violet, Klaus y la bebé Sunny, sorprendidos por la muerte de sus padres en un incendio. Una serie de eventos no afortunados los llevarán a los brazos del Conde Olaf, una figura siniestra y ridícula que busca quedarse con la herencia de la familia. Los chicos buscarán huir de Olaf, quien con los más absurdos disfraces intentará su objetivo, sin engañar a los niños, pero sí a todos los que los rodean.
La serie es responsabilidad del propio autor de los libros, Daniel Handler, y de Barry Sonnenfeld, conocido por dirigir la saga de Hombres de negro y la versión cinematográfica de Los locos Addams. Sonnelfed, director de fotografía de varios films de los hermanos Coen, Quisiera ser grande y Cuando Harry conoció a Sally eligió un tono parecido a Tim Burton cuando hizo Los locos Addams y, sin duda alguna, Una serie de eventos desafortunados pertenece a un mundo muy afín al de los films de Burton. Para profundizar esa conexión, algunos episodios de la serie están dirigidos por Bo Welch, director de arte El joven manos de tijera, Beetlejuice y Batman vuelve. Welch fue el encargado de la dirección de arte de la serie, absolutamente brillante, por cierto, sin duda uno de sus mejores trabajos.
Visualmente la serie es impresionante, una verdadera fiesta con muchas ideas a lo largo de todos los capítulos. Maquillaje y vestuario son también un lujo, incluso más sofisticados que la versión cinematográfica. Pero donde Una serie de eventos desafortunados marca la diferencia es en su tono. Siendo una serie que podría ser considerada para niños, la verdad es que como los films de Tim Burton, los niños inteligentes la podrán disfrutar, pero es un relato también para adultos. La historia, los chistes, las muchas referencias literarias y culturales, la hacen una delicia de inteligencia. El humor es visual, pero también los juegos con el idioma se explotan y se aprovechan mucho más a lo largo de los ocho capítulos. Un recurso es poner al propio Lemony Snicket en cámara, hablándole a los espectadores, todo su discurso es divertido e inteligente. Lo terriblemente siniestro de aquello que se cuenta no convierte a la serie en algo sórdido, sino más bien en un cuento de hadas moderno, con el propio autor hablando con nosotros.
En la cartelera de Netflix la serie puede pasar desapercibida o tomada como algo menor, pero se trata de uno de los grandes estrenos de esta temporada y una de las mejores experiencias disponibles, además de ser visualmente original y superior al promedio. El elenco, lleno de rostros conocidos y sorpresas, no tiene desperdicio, desde Neil Patrick Harris como Olaf hasta Patrick Warburton como Lemony Snicket, pasando obviamente por los tres niños protagonistas. El lector voraz Klaus Baudelaire (Louis Hynes), la inventora genial Violet Baudelaire (Malina Weissman) y la bebé con dientes afilados y un sofisticado lenguaje Sunny (Presley Smith). Personajes maravillosos que invitan al entretenimiento inteligente y bello. Más no se puede pedir.