Venganza (Army of One, Estados Unidos, 2020) es una película dirigida por Stephen Durham y protagonizada por Ellen Hollman. Ambos participaron también del guión junto a Mary Ann Barnes y David Dittlinger. Cuatro personas para escribir esta historia es por lo menos un desperdicio de presupuesto, porque una inteligencia artificial lo podría haber hecho en dos minutos sin reclamar un pago a cambio.
Tan rutinaria y poco innovadora es la película que hasta es complicado tomarse el trabajo de analizarla, incluso para hablar en contra. Pero su éxito en Netflix muestra lo disparatado y mediocre que se ha vuelto el consumo en esa plataforma. El matrimonio de Dillon y Brenner Baker acampan en los bosques de Alabama cuando en plena excursión se cruzan con un almacenamiento de drogas y armas. La banda responsable, liderados por una mujer a la que todos llaman Mamá, se ha cruzado con ellos previamente en la ruta y en la cafetería del lugar. Pero los roces con este grupo violento se convertirán en una matanza cuando ellos entiendan que la pareja resulta una amenaza para su negocio. Golpean y tiran en un pozo al matrimonio con la certeza de haberlos asesinado, pero Brenner ha sobrevivido y emprende una venganza feroz y sin piedad.
Lo vimos mil veces, lo vimos dos mil veces. Aun siendo muy usada, esta trama puede dar grandes títulos. La venganza es un tópico que al cine de acción le ha dado infinitas variantes, entre ellas algunas obras maestras. Pero también le ha dado una multitud inagotable de películas como esta, donde nada tiene interés, encanto o al menos un sentido estético o narrativo. Cada frase, cada mirada, cada pobre actuación es un desafío a la paciencia. A pesar de durar menos de noventa minutos no es muy sencillo completar la visión de este título. Hasta el espectador menos entrenado sabe, luego de un par de escenas, que nada bueno ocurrirá.
¿Pero cómo es que está mujer puede enfrentar a tantos? Es que se trata de la teniente Brenner Baker, del 75.º regimiento Ranger del ejército, con un entrenamiento en armas muy sofisticado, así como también en lucha cuerpo a cuerpo y artes marciales. Ellen Hollman es un clásico concepto de cine de acción: mujer bella, atlética, deportiva, fuerte y ruda. Siempre con tiempo para que su vestuario principal sea una musculosa ajustada y escotada. Teniendo en cuenta el calor que hace en Alabama, esto es lo único justificado de todo el guión y el personaje. Nadie busca héroes de acción capaces de recitar largos monólogos, así que hasta se podría decir que ella es lo mejor de un elenco lamentable.
Demasiadas personas del cast tienen cirugías estéticas mal llevadas, como estrellas de cine clase B venidas a menos, acostumbradas a títulos más urbanos, donde esas caras son un poco menos llamativas. Algunos intentos de filmar una buena escena de acción se agotan en un plan largo donde Hollman muestra su entrenamiento. Pero después hasta las transiciones entre escenas son torpes, antiguas y fuera de timing. Venganza parece resolverse en los primeros cuarenta minutos pero ahí recién está llegando a la mitad. Abandonar toda esperanza de que las cosas levanten luego de esa primera parte. No es tan fácil hacer cine de acción, pero sí parece que es fácil quedar primero en el top ten de Netflix.