Película coreana del 2013 que ha tenido un resurgimiento a partir de la pandemia de Coronavirus del 2020. Exitosa en su momento pero con una segunda vida en Netflix. Las películas de ciencia ficción, aun las que simulan ser más realistas, siempre tienen la chance de anticipar algo y con eso obtener un empujón extra en su éxito con los espectadores. No es ni la primera ni la última película donde un virus letal amenaza con poner en jaque a toda la humanidad.
La película comienza cuando el rescatista Kang Jigu (Jang Hyuk) salva de la muerte a la doctora In-hye (Soo Ae) quien ha quedado atrapada dentro de su auto en un gigantesco pozo de obra en plena ciudad. En paralelo un container con extranjeros ilegales es enviado de Bangkok, Tailandia a Bundang-gu, en Corea del sur. Cuando dos hermanos, parte del negocio de la migración ilegal, van a sacar a los tailandeses, descubren que todos han muerto excepto uno. Ese uno será el comienzo de una epidemia voraz que arrasará con la ciudad.
Lo que sigue son los dos protagonistas y la pequeña hija de la doctora tratando de sobrevivir en una ciudad sitiada. Sí, aparece la palabra cuarentena y actualmente eso le pone la piel de gallina a cualquiera. Pero la película va más allá y combina varios géneros.
A la ciencia ficción le agrega grandes escenas de suspenso y una carrera contrarreloj para resolver la epidemia. Pero también hay un romance con toques de humor de comedia clásica, hay mucho de terror y hay también, obviamente, escenas de acción. Sorprende en algunos giros de la trama, logrando acercarse a los clásicos de la ciencia ficción pero sin sonar nunca como una película alejada de nuestra realidad. El gusto coreano por el exceso y lo melodramático también se hace presente. No es un clásico ni una película fuera de serie, pero es muy divertida y tiene muchos golpes de efecto que hoy se vuelven más efectivos que nunca.