Peter Colt (Paul Bettany) es un tenista británico que ocupa el puesto 119 en el ranking internacional. Recibe una invitación para participar en el torneo de Wimbledon, aunque sus posibilidades de éxito son prácticamente nulas debido a que además es veterano y ha dejado atrás su mejor época. Durante el torneo, conoce a la tenista americana Lizzie Bradbury (Kirsten Dunst) y surge entre ellos una inmediata atracción. Lizzie viaja con su padre Dennis (Sam Neill) quien ve con malos ojos la posible distracción que representaría un romance entre ambos tenistas. Para Peter, por el contrario, esa renovada energía parece inspirarlo a buscar lo imposible en el torneo.
Aunque no es humorística todo el tiempo, Wimbledon es una comedia romántica en estado puro. La pareja protagónica tiene una química impecable y todos los personajes secundarios son tan maravillosos como lo suelen ser en este género. Los padres de Peter (Bernard Hill y Eleanor Brown) y su hermano (James McAvoy) son adorables, como casi todo el tono de la película. Claro que también es un film deportivo y está Wimbledon. Con todos los trucos posibles, vemos el torneo con imágenes que combinan un rodaje durante el campeonato en el 2003 y lo que se hizo después. Tenistas no muy famosos hacen de contrincantes, para poder darle más autenticidad a los partidos. Los expertos verán las limitaciones, pero en general hay muy buenas ideas visuales para retratar los momentos deportivos. Algunas caras conocidas, en particular John McEnroe y Chris Evert como los comentaristas del partido le dan un toque extra de amor por el deporte.
Comedia romántica muy entretenida, ligera, sin pretensiones, bien filmada y mejor actuada. Tal vez no en el marco más habitual para esta clase de films y tampoco con ingredientes pesados o molestos que oscurezcan la simpatía de la película. Los actores mencionados, más Jon Favreau y Nikolaj Coster-Waldau, bajo la dirección de Richard Loncraine, arman la clase de película que le alegran el día a cualquier y que en estos últimos años se ha vuelto cada vez más difícil de encontrar.