Un grafitero que tiene como objetivo las casas de la élite política y social, planifica con bastante anticipación sus golpes. No es otra cosa que una manera de mostrar su rebeldía frente a los poderosos. Tiene un amigo con el que suele dar sus golpes, pero este, a punto de ser padre, ya no quiere seguir arriesgándose de esa manera. La madre del joven también está en permanente conflicto con él, aunque el amor que tiene por su hijo grafitero es incondicional.
Todo cambia cuando el joven decide hacer una entrada a la cosa de un reconocido y prestigioso juez. En mitad de su objetivo descubre un espantoso secreto que el juez guarda y que es mucho más grave de lo que hubiera imaginado. Ahora deberá decidir si lo denuncia mientras se pregunta a quién le van a creer más, si al joven que tiene problemas con la ley o al magistrado de enorme trayectoria.
Aunque la película diste de ser una obra maestra, lo que la vuelve interesante y entretenida es su inesperado salvajismo. Su capacidad de angustiar al espectador, dejándolo incómodo y sin certezas. Escenas e ideas de guión que inquietan y perturban mucho más que la media del cine actual. Con algunos pocos elementos bien simples, la película descubre fácilmente cosas que la mayoría no quiere o no se anima a desarrollar. Es, además, un clásico título que hace que el espectador le grite a la pantalla, señal de su capacidad para hacer reaccionar visceralmente a quienes vean la película. El elenco es inusualmente lujoso para esta clase de títulos, pero esa es otra señal de que los realizadores entendieron la importancia de tener rostros conocidos para que la historia funcione aún más.
Yo estuve aquí (I Came By, Gran Bretaña, 2022) hace lo que parece sencillo pero nadie hace, se arriesga a poner un poco inestabilidad en un tipo de historias. El lobo feroz y el pastorcito mentiroso juntos en una historia de suspenso que tiene mucho de terror y podrá generar las mismas pesadillas que los ejemplos puros del género. A veces el terror es más cotidiano y menos fantástico, y se oculta en lugares inesperados, de ahí que funcione bien la película.